Incluso las inclemencias del tiempo pueden ser de gran ayuda para el fotógrafo paciente y esta fotografía surgió precisamente como resultado de esas condiciones y paciencia.

Había llegado a Tullah, en el centro del estado, 48 horas antes y había estado conduciendo bajo la lluvia, buscando disparos, durante la mayor parte de las horas de vigilia en esas 48 horas, pero sin éxito. Aproximadamente a las 09:00 divisé una posible ruptura en las nubes y un toque de azul proveniente del norte, observación que coincidió con mi búsqueda del puente desde donde se tomó esta foto.  

Instalé el trípode en el puente al costado de la carretera y me maravillé ante el maravilloso reflejo que surgía, aunque más bien apagado, de la superficie del agua. Entonces el sol atravesó las nubes, se separaron y el cielo azul y el sol invadieron la escena, encendiendo el reflejo e iluminando los árboles y las laderas.

Tomé seis panorámicas de esta escena antes de decidirme por esta en posproducción. La toma es la segunda de una serie de cinco tomas de mi viaje titulada "Los Elementos" y representa el segundo elemento, el Aire.

Esta imagen es una de mis favoritas personales: el sol apareciendo a través de la niebla sobre los árboles, los acantilados distantes, el sutil destello de la lente, el sorprendente reflejo y el misterio de la curva del río se combinan para que así sea.

Los datos de todas las fuentes apuntan a otras 24 horas de lluvia en las colinas alrededor de Tullah. A pesar de las terribles predicciones, salí a buscar una foto y fui recompensado con un descanso de 20 minutos entre las nubes y un momento de relativa quietud.

Esto es lo que yo llamo “planificar conduciendo”, ya que sin estar fuera nunca estás en condiciones de aprovechar ese momento especial.