Otro comienzo temprano en la mañana durante unas vacaciones en Noosa me hizo apuntar al Parque Nacional Kondalilla como una fuente potencial de tomas interesantes.

Las imágenes del interior de un bosque siempre han sido una fascinación para mí, una fascinación que se remonta a la primera infancia y a esos mágicos reinos de hadas que siempre evocaban en mi mente cuando entraba en un bosquecillo de árboles. Me atraen especialmente los bosques viejos de hoja caduca en los que predomina el musgo y la descomposición, pero los bosques jóvenes y vibrantes de eucalipto también presentan su propio esplendor único.

Habíamos conducido aproximadamente una hora desde el apartamento y llegamos antes del amanecer a la entrada del parque. Mi amigo Tom había venido conmigo esa mañana en particular y creo que estaba bastante desconcertado al verme cargando mi equipo fotográfico en un maleta acolchada: ¡era temprano y todavía tenía que descubrir las virtudes de una mochila fotográfica!

Pasamos un par de horas moviéndonos por el bosque y capturé un par de tomas interesantes, pero nada destacable.

Estábamos de regreso al auto cuando el sol apareció a través de los árboles delante de nosotros y este disparo de luz y sombra se presentó en el camino por delante. Preparé y tomé las exposiciones, pero no nos demoramos porque, según recuerdo, el desayuno nos llamaba y ambos teníamos bastante hambre.

Me encanta el juego de luces y sombras en esta imagen, así como la intensidad de las hojas retroiluminadas.